miércoles, 15 de diciembre de 2010

El TDAH ¿ Una disfunción cerebral, psicológica y/o social ?

En aproximadamente medio siglo que llevan la investigación y las teorías acerca de lo que es el TDAH, no termina de afianzarse cuál es su origen. Cada vez aparecen más estudios que propugnan por su etiología orgánica, pero muy pocos coinciden entre sí o se complementan para dar una respuesta satifactoria.
Introducción
Desde hace décadas que se está tras los pasos del origen fisiológico de diversos tipos de patologías que distintas disciplinas "del espíritu" reclaman como propias. En efecto, desde las neurosis, pasando por las neurosis, pasando por las psicosis, el autismo y toda su gama, se multiplican los descubrimientos que dan cuenta de que el sustrato original de todos esos padecimientos es de neto corte orgánico.
La evolución de las técnicas para tomar imágenes de la masa encefálica ha aportado diversas teorías acerca de que el cerebro de los que presentan alguno de los Trastornos del Espectro Autista tiene diferencias importantes respecto de los considerados normales.
Mientras que hasta no hace mucho los diversos aparatos sólo tomaban instantáneas del cerebro en un momento dado, las actuales proveen una serie de ellas en pleno funcionamiento. Es decir, se pasó de la fotografía de un instante a una especie de película en la que es posible distinguir más y mejores contingencias de cómo funciona este órgano vital.
Ello ha llevado a que comenzaran a aparecer evidencias de que los cerebros de las personas con algún Trastorno presentan diferencias morfológicas y funcionales respecto de aquellas otras que no lo tienen.

La morfologías cerebral, un indicio

A partir de estudios realizados hace ya dos décadas, en los que se puso a consideración que el lóbulo frontal de los que portan TDAH tendría un volumen menor que los que no lo tienen, se han sucedido las investigaciones  que puntualizan diferencias en la conformación o en el funcionamiento del cerebro de unos y otros.
En un trabajo efectuado sobre la base de un aparato de resonancia magnética de última generación y analizado posteriormente por medio de programas de computación, se indicó que existen diferencias anatómicas en las áreas que controlan la atención y en las que tienen el control inhibitorio.
Si bien estas aseveraciones ya habían sido realizadas previamente por otros investigadores, la Dra Elizabeth Sowell, una de las investigadoras principales del estudio, puntualizó que los nuevos procedimientos utilizados permiten afirmar que, a diferencia de lo que se creía hasta entonces, las anormalidades prefrontales propias del autismo y del TDAH son bilaterales y no sólo del lado derecho.
También hallaron diferencias significativas en las estructuras cerebrales de ambos lados entre aquellos que tienen el Trastorno respecto de los que no, con reducciones en pequeñas regiones que involucran tanto zonas prefrontales como temporales en ambos hemisferios.
Al mismo tiempo las imágenes mostraron incrementos de la materia gris en extensas zonas temporales y parietales corticales, que se sabe que están asociadas al control de la atención y al de los impulsos, que se correlacionarían con la gravedad de los síntomas, según los aumentos de estas magnitudes.
Bradley Peterson, el otro investigador a cargo del proyecto, explicó que estos hallazgos pueden ayudar a establecer con mayor precisión cómo y dónde actúan los medicamentos que se suministran para paliar estos Trastornos y que es muy posible que también sirvan para desarrollar nuevos patrones terapéuticos, dado el conocimiento que se tiene sobre la estructuración celular y neuroquímica de las regiones cerebrales donde se observan las mayores anormalidades.

Un problema madurativo

Por su parte, el National Institutes of Health de los Estados Unidos asegura que el desarrollo del cerebro de estos niños es normal, en general, pero que presenta un retraso de alrededor de 3 años en ciertas áreas, lo que explicaría el trastorno.
Si bien sus investigadores señalan que por el momento las técnicas de imagen cerebral utilizadas para llegar a estas conclusiones no sirven para realizar diagnósticos, sí son útiles para entender el TDAH y para intentar desarrollar tratamientos que ayuden a acelerar el proceso madurativo.
Las novedosas técnicas de análisis de imágenes que utilizaron los ciéntificos abocados a este proyecto permitieron medir el adelgazamiento o el engrosamiento de la corteza de los cerebros de miles de niños con y sin TDAH, con lo que pudieron establecer, según ellos, que las teorías acerca de que el Trastorno es producto de una demora en la maduración de la corteza cerebral son erradas, pues estas áreas no son las que presentan el retraso que ellos señalan como el origen.

Nueva investigación: la genética en la mira

Muy recientemente, en un artículo publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet, se da cuenta de una investigación llevada a cabo en la Universidad de Cardiff ( Gales ) por un grupo de investigadores especialistas en TDAH.
En ella, se afirma que, al menos en los casos que sirvieron para el trabajo, los niños que sufren este trastorno suelen tener mayores duplicaciones en segmentos cortos de su ADN o a carecer de esos segmentos, lo que daría una base genética para afirmar que el cerebro de los que padecen TDAH, autismo y esquizofrenia difieren de los que no sufren algunas de estas patologías.
Según Anita Thapar, quien dirigió el grupo de investigación, ello equivale a dejar sentada una fuerte evidencia del origen neurológico de este desorden.
El mismo artículo sugiere que existiría una transmisión genética entre padres e hijos, aunque no de tipo determinístico, es decir, un padre con esa condición tiene muchísimas más posibilidades de que su hijo lo padezca que uno que no lo tenga, pero ello no implica que sea así en el 100% de los casos.
La muestra involucró a 366 niños clínicamente diagnosticados como TDAH y a otros 1.000 que sirvieron como control.
Al cruzar los resultados uno y otro grupo, los científicos llegaron a la conclusión apuntada de que aquellos con el Trastorno tenían casi dos veces más repeticiones o faltantes que los que no, lo que lleva a asumir que existe una relación entre ese problema genético y las disfunciones cerebrales. También observaron lo mismo para el autismo y la esquizofrenia.
Al mismo tiempo, ellos creen que la base del TDAH y el autismo son similares, cuando algunos estudios realizados hasta ahora habían comenzado a sugerir que se trataba de dos patologías absolutamente distintas.
La Dra. Kate Langley, integrante del equipo investigador, afirma que el "TDAH no es causado por un único cambio genético, sino por una serie de ellos, en interacción con el medio en que se desenvuelve el niño".
Para este grupo, en principio no quedarían dudas de que tanto el TDAH como el autismo son desórdenes cerebrales asociados a problemas de orden genético.

1 comentario:

  1. Aquí se explica que es un trastorno genético y que poca influencia tiene el medio ambiente.
    Servicio de Psiquiatría. Hospital Universitario de Canarias. 2002

    http://aepnya.org/revista/2002_01/2002(1)82-88.pdf

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